martes, 26 de julio de 2011

Un día en... Una fábrica recuperada II



En la entrega anterior de "Secreto Cero", presentamos la primera parte del informe sobre la primera parte del informe sobre cómo es una jornada en IMPA, la primera empresa recuperada del país. Hoy, en el segundo capítulo, se verá cuáles son los fantasmas están al acecho y cómo es el trabajo cultural que vienen desarrollando. Los informes se emiten en CN23, los miércoles a las 21 hs. Aquí el video.

Por Gabriel Michi






En el informe anterior de “Secreto Cero” contamos la historia de una conquista como fue que los trabajadores de IMPA pudieran recuperar su fábrica para ponerla a producir desde sus propias manos. Pero el desafío productivo no es todo para los trabajadores de IMPA. El acoso judicial está al acecho de estos 58 trabajadores con que hoy cuenta la fábrica.

“Hoy centralmente tenemos un juez comercial que está tratando de desalojar IMPA para hacer un negocio inmobiliario. A pesar de que IMPA cuenta con la misma ley que tienen 27 empresas recuperadas de la Capital Federal, que es la Ley de Expropiación. Este juez desconoció la Ley, la declaró inconstitucional y quiere desalojar el lugar”, cuenta Eduardo Murúa, trabajador de IMPA. Y continúa: “La Legislatura porteña había aprobado la Ley por unanimidad y después fue promulgada en enero de 2009 por el Gobierno de la Ciudad. Pero bueno… Por eso ahora vamos a sacar una nueva ley porque este juez, junto con la Cámara, resolvieron que esta Ley es anticonstitucional”.


Carlos Hessling, otro trabajador y jefe de área de la fábrica sostiene: “Nosotros estamos esperando una decisión de la Justicia para que esto sea nuestro totalmente”.



Murúa agrega: “Fue una pelea muy dura la recuperación de IMPA porque fue en el año ’98 y no había experiencias de empresas recuperadas todavía. Así que, entre 40 trabajadores que eran de la fábrica y algunos compañeros que veníamos de la militancia política y sindical decidimos en ese momento ocupar la fábrica y ponerla a producir”.

Pero la experiencia de IMPA no se quedó en el mundo del trabajo fabril. El proyecto creció y amplió sus conquistas al mundo de la cultura. Hoy allí funciona un Centro Cultural, múltiples talleres, una escuela primaria, un bachillerato popular con 200 alumnos que otorga títulos oficiales y hasta el proyecto en camino de una universidad propia.


"El Centro Cultural tiene obras de teatro, tiene talleres, seminarios de altura, trapecitela, canto con caja, murga, candombe, arte contemporáneo, plástica… En la fábrica funciona un Centro Comercia, un bachillerato, una primaria, un canal de televisión, Subteradio”, cuenta Natalia Sosa, trabajadora de la fábrica y coordinadora del Centro Cultural.
Las disciplinas son muy variadas. Y la experiencia habla de un compromiso que excede el mundo del trabajo para transformarse en un proyecto de vida.





Así lo dice Carlos Hessling: “IMPA para mí es todo”. Y lo ratifica Natalia Sosa: “IMPA para mí no es mi fuente de trabajo, es mi casa”. Y también lo sostiene Eduardo Murúa: “IMPA se ha constituido para nosotros en nuestra patria, en nuestro pedacito de patria y así lo entendemos”.

"Nosotros nos unimos mucho para sacar esto adelante”, continúa Hessling. Y Sosa no se queda atrás: “A la gente le diría que venga a conocerla, que la puerta de la fábrica están abiertas. Que IMPA es de todos”.

Así es un día en una fábrica recuperada. Así es un día en IMPA.

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