Secreto Cero: Un día en el Equipo Argentino de Antropología Forense (Segunda parte)

En Secreto Cero, el segundo capítulo sobre cómo es un día en el trabajo del EAAF, este grupo de especialistas que han llevado certezas científicas allí donde las heridas dejadas por gobiernos dictatoriales, masacres y guerras civiles causaron miles de muertos sin siquiera la posibilidad de identificarlos. En esta entrega, cómo es que el Equipo consiguió el prestigio internacional que hoy detenta y cómo lo han convocado a indagar sobre estas historias en más de 40 países de todo el planeta. Y algunos casos resonantes donde aportaron su saber. Aquí el video.

Por Gabriel Michi

En el informe anterior se contó la historia del Equipo Argentino de Antropología Forense en el país. Su impresionante aporte en la reconstrucción de nuestro pasado más dramático. La identificación de 460 desaparecidos que ellos han conseguido en estos 28 años de historia. Y cómo, desde su ciencia, han aportado las piezas de ese rompecabezas del dolor que sigue vigente. Pero su saber y su profesionalismo lograron que las miradas del mundo se depositen sobre ellos.

Luis Fondebrider, titular del EAAF, lo explica así: “La convocatoria al Equipo puede ser de diferentes maneras: puede ser a través de un fiscal, puede ser de un tribunal. En un caso fuera del país, puede ser a través de organizaciones de Naciones Unidas como comisiones investigadoras, comisiones de la verdad, tribunales como los de la ex Yugoslavia, organismos de Derechos Humanos locales e internacionales. De diferentes maneras nosotros recibimos una convocatoria, la analizamos para ver si estamos de acuerdo con el proyecto y luego comenzamos a trabajar en el caso”.

Su prestigio los llevó a indagar en las tragedias en más de 40 países en todo el mundo. Su sello ha sido el de la certeza que buscaban conocer diferentes estados de América Latina, Europa, Oceanía, Asia y África.

“Creo que hay diferentes factores que han hecho que el Equipo haya alcanzado, luego de 28 años de trabajo, cierto prestigio a nivel internacional: por un lado tiene que ver con la confianza que han depositado en nosotros muchos familiares de muchas parte del mundo, familiares que no confiaban o no confían en los forenses oficiales ya sea porque han sido parte del problema o porque no están capacitados para trabajar en esta área específica”, cuenta Fondebrider.

Pero también hay otras razones que los pone en la mira de esas demandas. Su compromiso con la búsqueda de la verdad es algo reconocido en todo el mundo.

El titular del EAAF señala: “Tiene que ver que nosotros no hacemos este trabajo con una cuestión política, en el sentido de que es un trabajo científico y técnico que tiene que ver con saber la verdad de lo que sucedió. Y por otra parte con haber sido consecuentes con lo que podemos ofrecer, no dar falsas expectativas en cuanto a las posibilidades de trabajo que realizamos. Tratamos de aplicar los conocimientos más avanzados en esta disciplina y eso ha hecho que hayamos ganado en familiares y organismos internacionales que son los que nos acompañan en nuestro trabajo”.

La inexistencia de Equipos con semejantes saberes o la falta de experiencia en un conocimiento tan específico, motivaron estas convocatorias.

“Hay muy pocos países en el mundo con Equipos similares al nuestro. Parte de nuestro trabajo es capacitar a otros profesionales y hemos ayudado a formar Equipos en Chile, Guatemala, Sudáfrica, Chipre y en Timor Oriental, donde hay casos como Guatemala donde hoy tienen uno de los equipos más grandes del mundo. En otros casos damos capacitación a fiscales, a forenses locales; la idea es siempre reproducir o pasar a colegas locales esta experiencia que hemos adquirido en la Argentina para que ellos de acuerdo a su contexto puedan aplicar la ciencia a este tipo de investigaciones”, describe Fondebrider.

Todo esto llevó al Equipo Argentino de Antropología Forense a trabajar en casos muy resonantes, que han ganado la primera plana en diferentes lugares del mundo.

“Los casos que ha trabajado el Equipo, en cuanto a su resonancia, para nosotros son todos iguales. Algunos para la prensa han tenido más impacto. Por ejemplo, el caso de la búsqueda de los restos de Ernesto “Che” Guevara, en 1997, junto con los colegas cubanos. O las investigaciones que hemos trabajado con muchos colegas en Bosnia, en los Balcanes. O, muy recientemente, haber formado parte de la comisión que investigó el cadáver del ex presidente Salvador Allende en Chile. En general, las características de los casos que trabajamos es gente que no son grandes nombres, no son personas conocidas, son campesinos, indígenas, gente muy pobre que han sido afectados por estos procesos de violencia política. Y por eso siempre decimos que no hay desaparecidos de primera y de segunda clase para nosotros. Más allá del nombre es absolutamente igual y el dolor para los familiares es exactamente el mismo”, comenta Fondebrider.

Esa dimensión humana que el Equipo demuestra es una constante. Y los enfrenta a desafíos de los más profundos. Por ejemplo, han tenido que enfrentarse a fosas colectivas en los Balcanes donde había entre 500 y 600 cuerpos. O, también a ciertas postales desgarradoras en América Latina.

"Los casos que más impactan –señala Fondebrider- creo que tienen que ver con las familias, con las características de las familias con las que uno habla. Desde el punto de vista de la exhumación de cuerpos, quizás uno de los más fuertes para nosotros haya sido en 1992 cuando exhumamos una fosa en El Salvador que tenía cerca de 150 chicos, todos niños asesinados durante la guerra civil en El Salvador. Pero después los impactos tiene que ver con las familias, la relación que uno establece con las familias, las reacciones”.

Humanidad, profesionalismo, rigurosidad, compromiso. Atributos que visten a este Equipo de especialistas argentinos que proyectaron su ciencia a todo el mundo. Y que devuelven certezas, allí donde las preguntas sin respuesta aún lastiman.